NOTA GENTILEZA - EL ROSALENIO DIGITAL
Transcurridos ya algunos días desde que cobro estado público la denuncia por acoso laboral por parte un funcionario político hacia una trabajadora, no son pocas las voces que han replicado, por ahora en privado, situaciones similares que ocurren dentro del ámbito municipal y en otras esferas del estado y sector privado.
El escándalo ha visibilizado así una de las aristas más reiterada de conflicto laboral que padecen, con distintas características, muchos trabajadores, que por desconocimiento o falta de confianza no realizan las denuncias correspondientes, produciendo de esta manera la continuidad de ciertas situaciones, que convierten en un verdadero padecimiento cotidiano el cumplir con el trabajo diario.
“Los compañeros deben saber que el abuso en el trabajo no es solo sexual. Es acoso laboral, psicológico, simbólico y hasta las persecuciones forman parte de aquellas instancias de abuso de poder, tanto respecto a los jefes en una escala jerárquica como también entre los mismos compañeros. A todos les decimos que escriban una nota, siempre con copia, dando a conocer a sus jefes lo acontecido y planteen en la confianza hacia el sindicato lo que les está sucediendo”, expresó la secretaria adjunta del Sindicato de Trabajadores Municipales, María Cecilia Spadini.
Lo concreto es que el Convenio Colectivo de Trabajo de municipales, en el artículo 122, reconoce la plena vigencia de las leyes nacionales, provinciales y de la ordenanza 3019, que dan el marco del derecho que les asiste a los trabajadores frente a figuras de acoso o violencia laboral.
“El abuso de poder no sabe de género. Desde luego, las mujeres, en el ámbito laboral, están más expuestas a estas situaciones, por la existencia de una cultura machista pero también existen conflictos que tienen como protagonistas a mujeres que maltratan con las mismas armas que los hombres. Somos conscientes que para las compañeras muchas veces es difícil denunciar el maltrato, porque tienen temor por sus trabajos. Es por ello que algunas piden cambio de función. Pero para esa instancia, como para cualquier otra, les decimos que existen leyes de protección de esos derechos y que no estarán solos ante una situación de injusticia”, indicó Spadini.
La ordenanza que valida los derechos frente al abuso
La ordenanza 3019, de junio de 2007, establece que los funcionarios políticos y/o los empleados de la administración municipal no podrán ejercer conductas de violencia laboral hacia sus pares o dependientes, valiéndose para ello de su posición jerárquica o de circunstancias vinculadas con su función, y especifica dentro de las mismas aquellas que atenten contra la dignidad, ideología política, integridad física, sexual, psicológica y/o social del trabajador o trabajadora, manifestando un abuso de poder llevado a cabo mediante amenaza, intimidación, amedrentamiento, inequidad salarial, acoso, maltrato físico, psicológico y/o social.
Define en otro de los párrafos al maltrato físico como toda conducta que directa o indirectamente está dirigida a ocasionar un daño o padecimiento físico sobre los trabajadores, en tanto que respecto al maltrato psíquico y/o social a la hostilidad continua y repetida en forma de insulto, hostigamiento psicológico, desprecio o crítica.
En su artículo 6 explicita circunstancias de la cotidianidad laboral que pudieran enmarcarse como acoso o abuso, entendiendo que el acoso laboral en el trabajo infiere a acciones persistentes y reiteradas de incomodar al trabajador o trabajadora, manifestadas en comportamientos, palabras, actos, gestos, y escritos que puedan atentar contra la personalidad, la dignidad o la integridad física o psíquica del individuo, o que puedan poner en peligro su empleo o degradar el clima de trabajo, en razón de su sexo, opción sexual, edad, nacionalidad, origen étnico, color de piel, religión, idea política, estado civil, capacidades diferentes, conformación física, preferencia artísticas, culturales, deportivas o situación familiar.
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